El 80% de las Compañías NO tienen definida una estrategia de Gestión de Obsoletos. Es decir, ante una necesidad de espacio en el almacén donde se van acumulando obsoletos desde tiempos indefinidos, la sustitución de maquinaria por renovación, el cierre o cese de una delegación o emplazamiento o ante cualquier cambio interno que implique la sustitución de un activo, se toman decisiones sobre la marcha, sin ninguna estrategia previamente planificada. Como resultado de ello, la mayoría de ese material obsoleto (en muchos casos nuevo) o activos que han llegado a su fin de uso en la compañía, acaban en el vertedero o se valorizan por su peso y composición.