En el año 1954 nació en la factoría más importante de la historia del automovilismo una auténtica joya que revolucionó el mundo de la velocidad en competición.
En una de las épocas más brillantes de la Scudería Ferrari, Ecurie de Francorchamps de Jacques Swaters fue el primer piloto que tomó los mandos de este monoplaza; en el año 1955 también participó en el campeonato de Fórmula Uno a los mando del legendario Marqués Alfonso de Portago.
Tras ser adquirido por Pierre Bardinon y formar parte de la más prestigiosa colección de Ferrari jamás reunida, en el año 2000 este Ferrari pasó al anonimato al ser comprado por un coleccionista alemán que durante 21 años ha sometido al automóvil a cuidados meticulosos lo que sin duda ha contribuido a su impresionante estado actual. RM Shoteby’s subastará en este mes de agosto en un evento que se celebrará en Monterey esta auténtica joya.
Intentando ponerme en los zapatos del propietario una vez respondida la pregunta de por qué deshacerse de un pedazo de la historia del deporte del motor, cuestión nada fácil, imagino que la siguiente pregunta sería como; ¿por qué venderlo en subasta y por qué Shoteby’s?
Ambas preguntas tienen una sencilla respuesta. La subasta está demostrado como el mejor método para la maximización del precio a obtener y los coleccionistas de este tipo de artículos competirán de manera transparente y en igualdad de condiciones, pujando sin guardar reserva alguna.
Como las cifras no mienten y están ahí, con decir que de los 21 automóviles históricos más caros subastados en la historia, 11, más de la mitad, los subastó RM Shoteby’s, tendríamos la respuesta pero en realidad, la cuestión requiere de un análisis más profundo.
¿Cualquier empresa de subastas podría organizar una subasta así? La respuesta es no. Ya nos gustaría. La especialización, la profesionalización de su equipo, el público al que atraen, la experiencia, las garantías que ofrecen les convierten en opción principal.
Los criterios y análisis comparativos son fundamentales en cualquier elección que hacemos y las necesidades en cada caso decantan nuestra decisión. Cada artículo tiene un público objetivo y la especialización del comercializador acerca la operación al éxito.
Todos No Pueden Vender De Todo
Esto ocurre igualmente con las entidades especializadas donde existen criterios (localización, tipo de bien a vender, las tasas de éxito) que deberían ser, por fundamentales, tenidos en cuenta a la hora de tomar una decisión.
Las entidades especializadas tenemos la obligación de ser referentes y por tanto obligar a los decisores a un examen cada vez más concienzudo de las alternativas a la hora de elegir. En Surus nos hemos especializado en activos de difícil comercialización, desde una central de ciclo combinado a bienes raíces con poca demanda o unidades productivas que requieren la búsqueda de compradores muy específicos. Nuestros clientes privados así como las Administraciones públicas con las que trabajamos nos exigen una alta especialización dada la complejidad de los proyectos que ejecutamos y toda esta experiencia y conocimiento es lo que integramos en nuestras propuestas.
Para terminar, un dato para los amantes del motor con ahorros, RM Shoteby’s estima que el monoplaza alcanzará un valor de entre 3 y 4 millones de dólares. Veremos cual es el precio de remate, porque como dijo el profesor Fred Case, “el valor de una cosa es el precio que alguien esté dispuesto a pagar”.
En SURUS, acompañamos a quienes nos rodean en la transición de modelos de negocio lineales a modelos más circulares y sostenibles. SURUS fue creada en el año 2010 para dar respuesta a una necesidad existente en el mercado nacional en cuanto a la venta especializada de activos en el mercado secundario maximizando el valor económico, social y medioambiental y así ofrecer los mejores resultados en nuestros proyectos que además certificamos mediante herramientas de medición y la emisión de informes.